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Part of the Ecuadorian-Peruvian Conflicts | |||||||
General Flores' Paso del Salado | |||||||
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Belligerents | |||||||
Ecuador | Peru | ||||||
Commanders and leaders | |||||||
Gabriel García Moreno Juan José Flores | Ramón Castilla | ||||||
Strength | |||||||
Unknown | 5,000 troops |
The Battle of Guayaquil took place on September 24, 1860, as a result of engagements between the Ecuadorian army, led by generals Gabriel García Moreno and Juan José Flores, and the invading Peruvian army, at the orders of the ruler of Guayaquil, Guillermo Franco, under the orders of Peruvian lieutenant and Ramón Castilla. It marked the end of the Ecuadorian–Peruvian war of 1858.
Background
El Presidente de Ecuador, General Francisco Robles, fue acusado de vender ricos territorios ecuatorianos a países extranjeros. El General Ramón Castilla, presidente de Perú, protestó, pues sostenía que esas tierras estaban en litigio con el Perú. El General Ramón Castilla, con el objeto de agravar el conflicto con el Ecuador, envió como su representante a Quito al embajador Peruano Juan Celestino Caviera, con instrucciones de provocar la raptura. Juan Celestino Cavero desempeño a cabalidad su papel, cometiendo todas las impertinencias posibles. El embajador peruano enviaba continuamente al Presidente de Ecuador comunicaciones ofensivas e impertinentes sobre la firma del Contrato Icaza-Pritchett. El ministro de relaciones exteriores de Ecuador, doctor Mata, hizo unas declaraciones imprudentes, que implicaron más la situación. Agravaba más el conflicto la llegada a Quito de un ejemplar de la Gaceta Oficial de Bogotá, en la cual se publicó un comunicado del cónsul granadino en Quito, diciendo que Perú ocuparía a Guayaquil para hacer ceder al Ecuador territorios. El gobierno ecuatoriano pidió cuentas a Caviero por dicho comunicado. Caveiro no dio explicaciones y el gobierno ecuatoriano le envió su pasaporte el mes de julio de 1858. Obteniendo este éxito por Caviero, viajó a Lima el 5 de agosto de 1858. El mismo mes Perú exigió la restitución de Cavero para proseguir cualquier negociación. Negada la exigencia, en septiembre de 1858, el gobierno peruano envió un ultimatum el 1 de octubre de 1858 para que se reconociese a Cavero, pero Francisco Robles le rechazó. El representante de Ecuador en Lima recibió también sus pasaportes. Castilla aseguró que él no quería la guerra con Ecuador, sino simplemente la caída de Robles y de Urbina. En Ecuador la oposición a estos dos políticos era también violenta, encabezada por García Moreno y Moncayo. Una escuadra peruana con 5.000 hombres bloqueó a Guayaquil y el 2 de Enero de 1859 desembarcaron en la isla de Puna unos 150 hombres, que asesinaron y atropellaron con discreción. El gobierno de Ecuador se trasladó entonces a Guayaquil; pasaron tres meses sin mayores incidentes, pero en Abril de 1859 estallarón dos revoluciones casi al mismo tiempo. En Guayaquil el General Maldonado intentó aprisionar a Robles y Urbina, pero el General Guillermo Franco, que presenciaba lo sucedido, se opuso e hizo fracasar el golpe. Maldonado insistió y se retiró al cerro de Santa Anna, pero la intervención de los representantes de Chile y de la Nueva Granada lo hicieron capitular. Todo esto sucedía en presencia de la escuadra peruana, que bloqueaba el puerto. La otra revolución fue en Quito, en donde fue proclamado un triunvirato formado por García Moreno, Jerónimo Carrión y Pacifico Chiriboga. García Moreno estaba en Lima donde le llegó la noticia de su elección. Partió inmediatamente y pasó disfrazado por Guayaquil, para llegar a Quito el 25 de Mayo y tomar posesión de su puesto. García Moreno volvió a Guayaquil y siguió hasta Lima a realizar una conferencia con Castilla, y mientras tanto Urbina y Robles regresaban a Quito y reasumían el poder. El 20 de Junio de 1859 García Moreno realizaba una conferencia con Castilla en Lima; Castilla le ofreció apoyo decidido para derrocar a Robles y a Urbina y engañar de tal modo a García Moreno. Éste último envió un manifiesto a Ecuador diciendo: "El ejército y la escuadra del Perú son vuestros auxiliadores, no vuestros enemigos, y a la patria no le quedan más adversarios que los malvados que la tiranizan y los forajidos que intentan defenderlos" Robles y Urbina lanzaron un decreto considerando a García Moreno como un traidor, y Franco, en Guayaquil, lo comparó con Huáscar y Atahualpa. Robles y Urbina cometieron infinidad de atropellos, que sublevaron contra ellos la opinión y tuvieron que retirarse. Quedaron solamente enfrentados Franco en Guayaquil y el triunvirato en Quito. El 17 de Agosto decidieron Franco y García Moreno realizar elecciones en Guayas, para ver a quién le quedaría el poder. Las votaciones a favor del uno y del otro se equilibraron. Entonces García Moreno se dirigió a Paita para reunirse nuevamente con Castilla, en donde se presentó la ruptura entre los dos caudillos, al darse cuenta García Moreno que Castilla también se reunía con un representante de Franco. García Moreno le manifestó a Castilla que estaba la caída de Robles y Urbina se acercaba, pero Castilla le dijo que él pretendía continuar la guerra. El 16 de Septiembre del mismo año, es decir simultáneamente con estos acontecimientos, se celebraba el convenio con el General Mosquera, firmado con el representante de Castilla, Zelaya. En este convenio secreto, Castilla se comprometía a suministrar a Mosquera $ 50.000 fusiles más. Mosquera proclamó después la separación de Cauca, anexándose parte del Ecuador, con excepción de las provincias de Guayaquil, Manabi y Loja, que deberían pasar a ser peruanas. Exponiéndose imprudentemente, García Moreno se reunió con Franco en Guayaquil. Le ofreció a Franco su puesto en el triunvirato, en vez de que lo reemplazara otro de Guayas. Franco no aceptó y ordenó prender a García Moreno; éste hábilmente logró escapar y viajó hacia el norte; llegó a Quito y encontró dominada completamente la situación. El General Peruano Ramón Castilla concentró frente a Guayaquil su escuadra de 15 barcos, en los que llevaba 5,000 hombres, y el 8 de noviembre ocupó a Guayaquil. Ramón Castilla invitó al Jefe Supremo de Guayas el General Guillermo Franco a conferenciar a bordo del buque de guerra Amazonas. Allí acordaron suspender las operaciones de guerra y convocar a los cuatro gobiernos del Ecuador durante su guerra civil, para elegir un gobierno general, que se entendiera con Castilla y firmara la paz. El primer de Enero de 1860 se verificó en Guayaquil la reunión de los ocho representantes de los cuatro gobiernos. Acordaron autorizar al General Guillermo Franco reunirse con el General Ramón Castilla, sin alterar en forma alguna los límites de los dos países. Pero Franco no se dejó fijar límites y el 3 de Enero ordenó arrestar a los representantes de Quito y luego los expulsó. Con estas actuaciones quedó declarada la guerra entre Quito gobernado por García Moreno y Guayaquil gobernado por Guillermo Franco. En Quito se recibió la noticia de que el 25 de enero de 1860 se había firmado un tratado en Mapasinque, una pequeña población situada cerca a Guayaquil, por medio del cual Ecuador aceptaba como base, para la fijación de los límites entre Ecuador y Perú. La Real Cédula de 15 de Julio de 1802 le concedió a Ecuador un plazo improrrogable de 2 años para comprobar sus derechos a estas provincias. Este tratado tuvo la mágica virtud de unificar la opinión pública en contra de General Guillermo Franco. Gabriel García Moreno, hizo una proclamación en términos violentos; decía así: Guerra a los traidores y a los bandidos, guerra a los bárbaros opresores de las desgraciadas provincias litorales, guerra, guerra sin tregua a los enemigos de la patria. El Tratado de Mapasingue no fue aprobado ni por Ecuador ni por Perú, pero si fue firmado por un gobierno Ecuatoriano, y, aunque éste era revolucionario, constituyó un antecedente muy perjudical para Ecuador y también para Colombia. García Moreno, que había permanecido algún tiempo en el Perú, conocía perfectamente el poder militar de que disponía el Mariscal Ramón Castilla; por lo tanto consideraba que era indisponible hacer un esfuerzo supremo para poder enfrentarse al Perú. Puso al servicio de su patria toda su capacidad y toda su energía, y el país en su totalidad lo apoyó, pues era inmensa la reacción contra el tratado de Mapasingue. A pesar de ser un terrible enemigo de Juan José Flores, quien se hallaba en el Perú, fue llamado por García Moreno para que prestara sus servicios al Ecuador y así unir más todas las voluntades. El 27 de Mayo de 1860, aclamado fervorosamente, entró Flores a Quito, después de haber permanecido en el ostracismo quince años. Juan José Flores fue nombrado jefe del ejército. Algo más de un mes duraron los dos caudillos en reorganizarlo. Marcharon sobre Guayaquil y el 24 de Septiembre de 1860 el ejército de Quito lo ocupó. El jefe supremo de Guayaquil, General Guillermo Franco, salió en fuga, embarcándose hacia Perú; al entrar a Guayaquil, García Moreno y Juan José Flores se informaron de que Guillermo Franco, antes de partir, había hecho firmar a civiles y militares una petición al gobierno del Perú, a fin de que incorporara a ese país la provincia de Guayas. Este tratado de Mapasingue fue de inmensa gravedad para el Ecuador, pues en su artículo VI aceptaba de plano la rectificación de los límites con el Perú en la región amazónica, lo que lógicamente vino a repercutir en su contra, al liquidar en 1942 su pleito con ese país. Tal artículo decía:
One of these caudillos, Guayaquil's Guillermo Franco, signed the Treaty of Mapasingue ceding the southern provinces of Ecuador to an occupying Peruvian army led by General Ramón Castilla. This action was outrageous enough to unite some previously disparate elements. García Moreno, putting aside both his project to place Ecuador under a French protectorate and his differences with General Flores, got together with the former dictator to put down the various local rebellions and force out the Peruvians. This effort opened the last chapter of Flores's long career and marked the entrance to power of García Moreno.
Events
General Flores planned to retake Guayaquil by capturing its hinterlands, then proceeding to lay siege to the city proper. On August 7, a small group of soldiers led by General Francisco Javier Salazar attacked General Franco's Peruvian forces stationed at the future site of the city of Babahoyo, capital of the province of Los Ríos. Emerging victorious, the Ecuadorian forces moved on to Daule, across the Guayas River from Guayaquil. According to Peruvian deserters, Franco was extremely low on supplies, and was unpopular thanks to his desire to allow Guayaquil to be annexed by Peru in exchange for military support and funding. A decree signed on September 5 drafted all "able-bodied" men in the city into his army.
On the night of September 22, a part of the provisional government's army, led by Colonel José de Veintemilla attacked the city from the north, while the bulk of García Moreno's and Flores' forces approached from another direction, through swampland. Believing the forces approaching from the swamp to be the diversionary attack, Franco stationed his men in the north. On September 23, bombing began, and by the early morning of September 24, Guayaquil had fallen to the provisional government. Franco escaped with his leadership aboard a Peruvian vessel.
Outcome
Two days after the capture of Guayaquil, García Moreno ordered Franco's blue-and-white banner taken down, and replaced with the flag of Ecuador. Peruvian forces surrendered the city, and the Treaty of Mapasingue was annulled by the Ecuadorian Congress in 1861, and later by the Peruvian Congress in 1863.
See also
Notes
References
Books
- V. N. Henderson, Peter (2008). Gabriel Garcia Moreno and Conservative State Formation in the Andes (LLILAS new interpretations of Latin America series). University of Texas Press. doi:10.1007/b62130. ISBN 0292719035.